CARACTERÍSTICAS DE LOS ARTRÓPODOS
El cuerpo de un artrópodo
tras la fusión de segmentos está constituido por las tagmas: cabeza, tórax y
abdomen. Un cuerpo que está recubierto por un exoesqueleto denominado cutícula,
que le va a dotar al organismo de una gran resistencia frente al medio. La
cutícula está constituida principalmente por el polisacárido quitina en
asociación con proteínas. Además en la mayoría de los crustáceos la cutícula
está impregnada de sales de calcio, un hecho que se puede observar en el
caparazón de los cangrejos.
A pesar de que el exoesqueleto
está articulado, dotando al animal de movilidad, es incapaz de crecer y, por
consiguiente, el artrópodo necesita desprenderse momentáneamente de él para
poder crecer en tamaño. La eliminación temporal de la cutícula, para luego
sintetizar una nueva, recibe el nombre de muda; el animal crece cuando la
cutícula está ausente.